En 2013 la
Comunidad de Madrid suscribió con Cruz Roja un convenio para coordinar (no
externalizar) la donación de sangre en Madrid, hasta entonces gestionada por
ambos Centros: el de Cruz Roja que llevaba funcionando en Madrid desde 1960 y
el de la Comunidad de Madrid que se creó en 1988. Ambos extraían sangre
extrahospitalaria, la procesaban, analizaban y distribuían a los hospitales madrileños
de manera coordinada, pero con duplicidad de funciones que creaban
ineficiencias.
Como
consecuencia de este Convenio, tanto el Centro de Transfusión público como el
de Cruz Roja perdieron parte de su actividad: Cruz Roja tuvo que cerrar sus
laboratorios y dejar de distribuir sangre y el Centro de Transfusión de la
Comunidad cedió su extracción extrahospitalaria. Con este acuerdo, 65 personas
del Centro de Transfusión de Madrid y 45 personas de Cruz Roja vieron afectados
sus puestos de trabajo, siendo reubicados en otros Centros o experimentado
cambios funcionales. La Comunidad de Madrid, entonces, dejó de pagar a Cruz
Roja los componentes sanguíneos que los hospitales públicos necesitaban y que
hasta entonces no eran capaces de satisfacer por sí solos, y empezó a pagarle
únicamente por bolsa de sangre extraída, obteniendo además unos ingresos económicos
antes inexistentes derivados de la distribución de la sangre a todos los
hospitales públicos y privados de Madrid. Gracias a este acuerdo a partir del
año 2015 se alcanzó la autosuficiencia en el abastecimiento de la sangre en la
Comunidad de Madrid, no teniendo que pedir sangre a otras Comunidades con el
sobrecoste que esto suponía. (Véase Memorias de presupuestos de sanidad de la
Comunidad de Madrid correspondiente a los años 2016 a 2018. http://www.comunidad.madrid/gobierno/transparencia/presupuestos-anteriores
).
Los resultados
de esta coordinación han sido satisfactorios para la Comunidad de Madrid
(Véanse sus Memorias en el enlace anterior). La Comunidad ha pagado cerca de 38
millones de euros a Cruz Roja y no 60 millones como ha afirmado el abogado de
ADECETMA, José Ignacio Juárez Chicote (El País 3 de agosto: (https://elpais.com/ccaa/2019/07/30/madrid/1564498251_127212.html). Es importante entender que la donación
de sangre no tiene precio pero sí cuesta dinero. Por esa razón, para cubrir los
costes derivados de la extracción de sangre, Cruz Roja ha recibido cerca de 38
millones de euros. En ningún caso se puede afirmar que esta cifra supone un
sobrecoste para la Comunidad de Madrid. Muy al contrario, la extracción de
sangre extrahospitalaria es ahora más barata, aunque sólo sea porque los
salarios de la Comunidad de Madrid son más altos que los de Cruz Roja.
Asimismo,
tampoco se puede afirmar que haya habido 120.000 bolsas menos, sino que la
diferencia entre los objetivos iniciales y el número de bolsas extraídas se
establece en función de las necesidades de los hospitales y sería irresponsable
extraer más sangre de la necesaria. El objetivo de donaciones del Convenio que
se acordó en su fase inicial resultó más elevado que las necesidades reales de
sangre que se han ido planteando cada año. Los avances médicos, que hacen que
se requiera cada vez menos transfusiones, y el esfuerzo realizado por los
Hospitales Madrileños en sus campañas de donación de sangre, requieren la
revisión y ajuste anual del objetivo de donaciones. Cruz Roja, en el ejercicio
de su responsabilidad y compromiso con la sociedad, hace que cada año, a pesar de suponer un
déficit económico, evite extraer más
sangre de la necesaria para que no haya excedentes de componentes sanguíneos
que caduquen y haya que tirar a la basura.
En 2013, con
la firma del Convenio, un grupo de profesionales agrupadas en la Asociación de
Empleados del Centro de Transfusión de Madrid (ADECETMA) decidió transformar su
enfado por haber sido trasladados a otros Centros en una campaña de descrédito
contra la Cruz Roja y que, como ya hemos mencionado, también supuso un coste
laboral con 45 puestos de trabajo afectados. Hay un dato importante que
mencionar a este respecto y es que la reubicación de los trabajadores del CTCM
se realizó previo acuerdo firmado con el Comité de Empresa y que además no
supuso pérdidas de empleo. A pesar de ello, en medio del apogeo de la Marea Blanca,
esta Asociación enfocó su lucha laboral de “defensa del modelo público de
hemodonación”, alarmando a la población respecto de la actividad de Cruz Roja
en donación de sangre mintiendo y manipulando y diciendo que se estaba
produciendo una privatización. A este respecto caben dos preguntas, cuya
respuesta confirma lo dicho hasta ahora: ¿el sistema existente antes de la
firma del convenio era 100x100 público? ¿Existía un único Centro de Transfusión
público en Madrid o compartía esa actividad con otro Centro (el de Cruz Roja)?
Resulta sorprendente
que en su defensa de lo público se hayan olvidado reiteradamente de la
verdadera privatización de la donación de sangre que supuso la entrada de una
Entidad mercantil (Grupo HM Hospitales) en enero de 2013 y que haya continuado
pasando inadvertida la inauguración el pasado mayo de una nueva Unidad de
extracción de sangre en el Hospital Universitario de Quirón.
Estos convenios
son una parte más de este complejo engranaje de la donación de sangre en
Madrid, donde todas las piezas son importantes y suman, pero es incomprensible que el foco de
atención se dirija siempre al convenio firmado con Cruz Roja, mientras que los
convenios firmados con HM Hospitales y Quirón, pasen inadvertidos en todos los
foros, siendo la primera vez que entidades mercantiles se convierten en
Unidades de Extracción de Sangre. (https://www.hmhospitales.com/prensa/noticias/unidad-de-donaci%C3%B3n-de-sangre-hm-hospitales,
https://www.quironsalud.es/es/comunicacion/notas-prensa/quironsalud-madrid-convierte-nuevo-punto-donacion-sangre-co),
Aquí es
importante resaltar la diferencia existente entre Cruz Roja, Institución
Humanitaria sin ánimo de lucro, de derecho privado, de carácter voluntario,
auxiliar de las administraciones públicas, respecto de las entidades
mercantiles ya inmersas en la donación de sangre que, independientemente de que
presten un servicio a la sociedad, su objetivo último y, por supuesto, legítimo
es la obtención de rentabilidad financiera.
Se puede
criticar la forma y el momento sensible en que se produjo el convenio pero no
se puede hablar en ningún caso de mercantilización, más cuando hablamos de una
Institución Humanitaria que se ha encargado de esta labor históricamente.
Cruz Roja en
Madrid posee el aval de su trayectoria, siendo pioneros en la donación
altruista y voluntaria, acercando la donación de sangre a los ciudadanos desde
1960. En la actualidad extrae en nuestra Comunidad casi el 50% de las
donaciones de sangre.
Estamos en la
era de la inmediatez y de la información a golpe de impulsos sin argumentos que
la sostengan, donde la única verdad es la que llega a la emoción del que la
recibe, consiguiendo así secuestrar su opinión. Los trabajadores del antiguo
Centro de Transfusión de Cruz Roja, también tuvieron que unirse y salir en su propia
defensa. Han tenido que soportar campañas de difamación, provocación, acoso y
violencia verbal en pleno desarrollo de su trabajo.
El resultado
de esta situación es que seis años después, continúa la batalla en defensa de
la verdad. Seis largos y duros años tratando de desmentir los potentes mensajes
falsos (como que Cruz Roja vende la sangre…) que han menoscabado su imagen de
manera absolutamente injusta.
Respecto a la
Sentencia de 24 de junio del Tribunal Supremo, hay que decir que gracias a
ésta, Cruz Roja va a poder estar presente en el juicio y no ser un mero
espectador en un proceso judicial en el que 150 trabajadores están directamente
afectados. Es incomprensible que Cruz Roja no fuera demandada en su momento por
ADECETMA en el contencioso-administrativo del año 2016. En cualquier caso, en
el proceso abierto en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra la
Comunidad de Madrid por la firma del Convenio, le fue requerida a Cruz Roja
diversa documentación que fue entregada sin dilación ante el Tribunal de
Cuentas.
La batalla
jurídica por el modelo de la donación de sangre continúa. En ella se resolverá
el futuro de nuestros puestos de trabajo. Esperamos que se pueda enjuiciar con
mirada amplia, mirando y respetando el pasado de nuestro Centro y examinando
con detenimiento lo sucedido en el resto de Comunidades donde también existía
un Banco de Sangre de Cruz Roja (Palma de Mallorca, Cataluña, Asturias…) y se
respetaron los puestos de trabajo, llegando a acuerdos diferentes en cada
Comunidad, pero basados en la cooperación y colaboración y no en el
enfrentamiento, asumiendo las CCAA afectadas la subrogación u otros tipos de
acuerdo para respetar los puestos de trabajo. Estaría totalmente injustificado
que en un futuro escenario de la donación de sangre en Madrid no se tuviera en
cuenta a los 150 trabajadores de Cruz Roja, que actualmente ocupan este
espacio, ofreciendo nuestro conocimiento y experiencia en donación de sangre y poniéndolo al Servicio de la Sociedad.
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